Cuando se cumplen los 180 días desde la ruptura, es momento de hacer reflexión y analizar nuestra evolución.
Seguramente, habremos cometido muchos errores, a pesar de conocer la teoría, ya que como ya sabemos. Conocer el modo de vencer, no significa que tengamos ganada la batalla.
Recordemos la primera fase de nuestra recuperación. Esos tres meses que usamos para conseguir eliminar lo físico de nuestro alrededor y quitarnos los vicios adquiridos durante la duración de la relación.
Sorprende comprobar como, queramos o no, esos hábitos desaparecen y vamos cogiendo otros, pero necesitamos de otros tres meses para amoldarnos a la nueva rutina y esos son los que se acaban de cumplir por mi parte y ya por algunos de los que leéis y escribís en el blog.
Pasado este tiempo, cuando vamos a comprar, ya no compramos sus cosas, compramos sólo las nuestras.
Cuando planeamos una salida de fin de semana, no tenemos que pensar en la opinión del otro. Sencillamente decidimos que vamos a meter en la bolsa de viaje.
Las vacaciones, no tenemos que compaginarlas con las de él/ella.
Si vamos a cambiar algo en la casa, tan sólo necesitamos tiempo para llevarlo a cabo sin ningún tipo de discusión.
Si vamos a llegar tarde no tenemos que rendir cuentas a nadie.
Ahora vivimos de una manera diferente.
Pero no nos quedemos ahí. Miremos 4 ó 5 meses atrás, cuando aun nuestra herida sangraba abundantemente y por mucha presión que se ejerciera sobre ella, no paraba de manar.
Recordemos esas noches sin dormir, esa falta de gana de comer, esa desesperación por no dejar ni un solo segundo de pensar en ella/él, esa continua necesidad de saber que hace, que piensa, como se siente…
Ese deseo irrefrenable de mandar (en el que muchos caímos) o recibir un mail, un sms, una llamada perdida…
Después de estos seis meses, ya dormimos mucho mejor e incluso la mayoría de las noches del tirón.
Comemos como antes e incluso hasta nos hemos atrevido a comer esas cosas que a ell/el no le gustaban y no traías a casa por eso. Ahora, la mayor parte del día, en tu cabeza acampan otros temas, aunque ella/él sigue estando en el “camping”. Recordemos que no se olvida, se aprende a vivir con ello.
Seguimos teniendo esa necesidad de saber de ella/él pero ya lo controlamos mucho mejor.
También hemos aprendido a controlar esa ansiedad por querer recibir un mail, sms o llamada suya. Esta necesidad ya no es tanta y ha pasado a un segundo plano.
Hemos avanzado muchísimo.
Comprobad que en este simbólico tiempo, nos hemos deshecho de la rutina que teníamos con esa persona y hemos adquirido otra diferente que sólo nos incluye a nosotros y nuestros gustos.
Ahora tenemos una fortaleza emocional ganada por este motivo y estaremos, en cierta forma, mejor preparados para un enfrentamiento cara a cara (si este se produjera) que cuando sólo habían pasado tres ó cuatro meses.
En mi caso no la he visto desde hace seis meses y serán casi siete cuando la vea de nuevo…será un gran impacto. Pero me siento preparado, aunque como me decía un amigo este fin de semana pasado: Una cosa es pensar en el problema y otro muy distinto enfrentarte a él.
No os aseguro que el rencuentro no sea negativo y os haga daño, pero si os aseguro que será mucho menos impactante que cuando aun estabais en los meses de limpieza física y adquisición de nuevos hábitos. Si os hace daño, os recuperareis mucho antes. Eso, os lo seguro.
Enhorabuena a los cumplidores de los Seis y muchos ánimos a los que aun no habéis llegado a esta meta.
martes, 26 de junio de 2007
miércoles, 13 de junio de 2007
TODO ME SALE MAL
Puede que hayan pasado ya esos tres meses, incluso más, pero si nuestra actitud no ha cambiado y no hemos luchado los suficiente, empezaremos a asociar las situaciones que nos rodean como una cadena de mala suerte que comenzó con nuesta ruptura.
Cualquier situación que vivamos en la que algo no salga como nosotros esperábamos, la iremos añadiendo a una bolsa de negatividad que hará que poco a poco nos hundamos en el pozo y no sepamos ya como salir de esa espiral de supuesta mala suerte.
Mis primeros días de ruptura fueron algo así. Me despidieron del trabajo, las deudas comenzaron a apretarme, encima los gastos imprevistos en la casa se habían acentuado y veía como varios de los aparatos electrodomésticos iban a necesitar un cambio o una reparación urgente.
Mi YI estaba haciéndose con el control y no lo estaba parando.
Gracias a esta amiga que os comenté en su momento, esa que me hablo sobre la importancia de actitud, empecé a poner en practica sus sabias palabras.
No sé sí fue la actitud, el destino o lo que sea, pero ahora mismo, después de ya “muchos meses” de la ruptura, hago un análisis de mi situación actual y veo que he conseguido muchas cosas.
Entre otras, un trabajo que me gusta y para el que me he estdo preparando durante mucho tiempo, y lo más destacable, me tocó un piso de 90m/2 de VPO en mi misma localidad.
Es decir, que veo que la ruptura, a parte de darme una experiencia, también me aportó una evolución en mí vida.
Nunca sabré con seguridad si habría encontrado este trabajo y si me hubiera tocado el piso si hubiera seguido con ella, pero me gusta pensar que si. Eso me hace sentirme mejor. Y al fin y al cabo si algo te hace sentirte feliz no puede ser malo…o sí?
¿Que pensáis?
Cualquier situación que vivamos en la que algo no salga como nosotros esperábamos, la iremos añadiendo a una bolsa de negatividad que hará que poco a poco nos hundamos en el pozo y no sepamos ya como salir de esa espiral de supuesta mala suerte.
Mis primeros días de ruptura fueron algo así. Me despidieron del trabajo, las deudas comenzaron a apretarme, encima los gastos imprevistos en la casa se habían acentuado y veía como varios de los aparatos electrodomésticos iban a necesitar un cambio o una reparación urgente.
Mi YI estaba haciéndose con el control y no lo estaba parando.
Gracias a esta amiga que os comenté en su momento, esa que me hablo sobre la importancia de actitud, empecé a poner en practica sus sabias palabras.
No sé sí fue la actitud, el destino o lo que sea, pero ahora mismo, después de ya “muchos meses” de la ruptura, hago un análisis de mi situación actual y veo que he conseguido muchas cosas.
Entre otras, un trabajo que me gusta y para el que me he estdo preparando durante mucho tiempo, y lo más destacable, me tocó un piso de 90m/2 de VPO en mi misma localidad.
Es decir, que veo que la ruptura, a parte de darme una experiencia, también me aportó una evolución en mí vida.
Nunca sabré con seguridad si habría encontrado este trabajo y si me hubiera tocado el piso si hubiera seguido con ella, pero me gusta pensar que si. Eso me hace sentirme mejor. Y al fin y al cabo si algo te hace sentirte feliz no puede ser malo…o sí?
¿Que pensáis?
jueves, 7 de junio de 2007
PREPARANDO EL RENCUENTRO
Todos los que pasamos por una ruptura, a pesar de haber trabajado a conciencia la falta de contacto, la falta de sms, la falta de llamadas, etc, llegará un momento en el que tendremos ese rencuentro.
Para unos será casual, para otro premeditado y para otros previsto.
Casual:
Este es uno de los peores ya que al no estar preparado para esa visión, el impacto puede ser terrible y las consecuencias desastrosas. Caída en picado en la montaña rusa y viendo como algunos tornillos de nuestros vagón, tiemblan con la velocidad.
Es importante por lo tanto ir concienciándonos cada día de que esto llegará y cuando llegue debemos afrontarlo queramos o no. Huir no es la solución.
¿Por qué? Pues:
1. Haremos el ridículo huyendo de nuestro Ex y nos sentiremos fatal después, en casa, machacándonos con lo que habrá pensado de nosotros al vernos correr.
2. Nos arrepentiremos de no habernos enfrentado al problema y eso nos taladrará la cabeza..
Premeditado:
Aquí el tan conocido ya por todos YI, será el responsable principal, ya que buscaremos conscientemente esos sitios donde sabes va. Iremos por la calles y a las horas que sabemos irá, e incluso pasaremos por su portal mirando de reojo por si sale en ese preciso instante.
Nuestra reacción será forzada y nuestro Ex lo notará ya que nos conoce bien y sabe cuando mentimos.
Este tipo de encuentro se debe evitar a toda costa.
Previsto:
En este es en el que me incluyo, ya que sé el sitio y la fecha concreta en la que coincidiremos. Hemos elegido el mismo destino de vacaciones e incluso el mismo amigo que nos prestará su casa. No estaremos solos, pero compartiremos comidas, servicio, etc.
Aquí lo mejor es hablar antes con nuestro/a Ex, para delimitar unas normas mínimas de civismo para evitar enfrentamientos y discusiones, ya que sino, los que nos rodean, pagaran la incomoda situación a la que nos veremos obligados a enfrentarnos.
En cualquier de los casos es importante haber pasado de los tres meses y si es posible de los seis. Fecha clave ya que se trata del tiempo necesario para adquirir los nuevos hábitos y habernos deshecho de los antiguos.
Para unos será casual, para otro premeditado y para otros previsto.
Casual:
Este es uno de los peores ya que al no estar preparado para esa visión, el impacto puede ser terrible y las consecuencias desastrosas. Caída en picado en la montaña rusa y viendo como algunos tornillos de nuestros vagón, tiemblan con la velocidad.
Es importante por lo tanto ir concienciándonos cada día de que esto llegará y cuando llegue debemos afrontarlo queramos o no. Huir no es la solución.
¿Por qué? Pues:
1. Haremos el ridículo huyendo de nuestro Ex y nos sentiremos fatal después, en casa, machacándonos con lo que habrá pensado de nosotros al vernos correr.
2. Nos arrepentiremos de no habernos enfrentado al problema y eso nos taladrará la cabeza..
Premeditado:
Aquí el tan conocido ya por todos YI, será el responsable principal, ya que buscaremos conscientemente esos sitios donde sabes va. Iremos por la calles y a las horas que sabemos irá, e incluso pasaremos por su portal mirando de reojo por si sale en ese preciso instante.
Nuestra reacción será forzada y nuestro Ex lo notará ya que nos conoce bien y sabe cuando mentimos.
Este tipo de encuentro se debe evitar a toda costa.
Previsto:
En este es en el que me incluyo, ya que sé el sitio y la fecha concreta en la que coincidiremos. Hemos elegido el mismo destino de vacaciones e incluso el mismo amigo que nos prestará su casa. No estaremos solos, pero compartiremos comidas, servicio, etc.
Aquí lo mejor es hablar antes con nuestro/a Ex, para delimitar unas normas mínimas de civismo para evitar enfrentamientos y discusiones, ya que sino, los que nos rodean, pagaran la incomoda situación a la que nos veremos obligados a enfrentarnos.
En cualquier de los casos es importante haber pasado de los tres meses y si es posible de los seis. Fecha clave ya que se trata del tiempo necesario para adquirir los nuevos hábitos y habernos deshecho de los antiguos.
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