
Hablo de la ruptura con infidelidad.
En este tipo de ruptura es parte fundamental para el Leave, que tenga una gran autoestima o amor propio, ya que jugará un papel fundamental para su recuperación y debe ser en la parte en que más trabaje.
Las situaciones en las que nos podemos ver son las que siguen:
Infidelidad sin conocimiento:
En esta, nuestra pareja se lía con alguien y no nos los cuenta.
Es posible que nos enteremos cuando ya ha pasado un tiempo después de la ruptura, lo que hace que nuestra recuperación se ralentice y retroceda muchos pasos.
Es una de las peores.
Infidelidad con conocimiento:
En esta, nuestra pareja se lía con alguien y nos los cuenta. También nos podemos enterar por terceros o pillarles por casualidad.
Muchas parejas aseguran que perdonarían una infidelidad y llegan a un acuerdo en caso de que pase con anterioridad.
En cualquiera de los dos casos, lo que más se daña, es nuestra autoestima, al sentirnos rechazados en algo tan fundamental en la pareja como es el sexo.
Nadie nace aprendido y si nuestra pareja no tuvo la suficiente paciencia como para ayudarte o enseñarte no merece que esté contigo.
Dentro de estas, también podemos encontrar otras:
Infidelidad por despecho:
Puede ser una venganza por algo que le has hecho o cree que les has hecho.
En este caso, unos de los más habituales, la persona elegida para la infidelidad será cercana al grupo de amigos (incluso familiares) o alguien que le caiga especialmente mal a la pareja.
Infidelidad por enfermedad y/o problemas psicológicos:
Hay gente que es adicta al sexo o que por no estar bien psicológicamente se acuestan con el/la primera/o que se lo propone.
En este caso, lo que sentiremos es lástima por esta persona y es muy probable que continuemos con ella para ayudarla a superarlo. Aunque depende de cada persona, claro. También las habrá que huyan de la escena como alma que lleva el diablo, por miedo o incomprensión de la situación.
Algo que reconforta después de haber sido coronado con el yelmo astado, es que ninguna de esas relaciones tendrá futuro, ya que el infiel, siempre, siempre, se arrepiente de su engaño y ese arrepentimiento flotará en el ambiente de esa “nueva” relación como el olor que deja el amoniaco después de verterlo en sitio cerrado.