CORAZÓN VERSUS “YI"

A lo largo de estos ya más de 30 post, os he hablado continuamente del “Yo Interior” (En adelante “YI”) y sus artimañas para conseguir que hagamos aquello que al final nos va ha hacer daño, engañándonos vilmente cuando estamos con la guardia baja y sin fuerzas para luchar contra sus sorprendentes y atrayentes movimientos.

Yo, a pesar de tener las cosas bastante claras, caigo continuamente en sus redes. Lo bueno (ya que hay que tener siempre una visión diferente sobre cada situación) es que cada vez que se me presenta una situación de estas la reconozco con más rapidez que antes.

Pero, si no dejamos hablar, pensar y actuar al “YI” ¿Con qué lo hacemos?
¿La respuesta? con el corazón.

He decidido ponerle este nombre por la sencilla razón de que esta amiga me lo explicó dándome este nombre, pero podéis llamarlo como queráis. Lo importante es saber a lo que me refiero con esto y aprender a escuchar a uno y a obviar al otro.

La idea general para saber diferenciarlo, consiste en que una de las opciones lleva de fondo un doble sentido (El “YI”). Un sentido equivocado y habitualmente fantasioso sobre una situación que en realidad sabemos (Con el corazón) que no tiene sentido.

La opción del corazón, carece de doble sentido. Es limpia. Sincera. Sin impurezas. Es lo natural, lo evidente, lo simple pero a la vez duro de realizar.

Las dos opciones suelen ser bastante claras.
Pero os voy a poner unos ejemplos actuales de mi situación, para que entendáis mejor la diferencia.

Actualmente estoy manteniendo contacto con mi Ex después de casi cuatro meses de ruptura.
Todo comenzó con un mensaje por mail, de ella, el mismo día de cumplirse los tres meses de limpieza física.
Desde aquel mensaje, todos los días he recibido uno suyo, a cual más confuso, egoísta y cínico. Pero en vez de cortar por lo sano, la permití continuar con el contacto. Este es evidentemente el “YI”.
Si lo analizo, en realidad, en el fondo, estoy dejando que contacte conmigo por la esperanza oculta que alberga en mi cabeza de un regreso, de una vuelta, de un intento. El corazón sabe que es un error y que sólo me causará dolor, confusión, falta de sueño, comeduras de tarro y un retraso en mi recuperación.

Otro ejemplo.
Ayer mismo, volvía a ponerse en contacto por un mail, por que quería… hablar conmigo, esta vez por el Chat.
A mitad de este Chat, después de varias banalidades como “que tal el trabajo”, me lanzó su nueva propuesta y para mi una gran prueba:

¿Puedo llamarte algún día por teléfono?

En ese momento, en mi cabeza sonó el “Ding” de la campana, comenzando así una aguerrida lucha que, en cuestión de segundos, fue ganada por KO por el corazón, con un certero golpe en la mandíbula al “YI”, que cayó en la lona con un sonoro golpe.

Te he dado la mano y te has cogido el brazo. No, no puedes llamarme.

Unas veces se consigue una victoria rápida y otras nos vemos obligados a recibir varios golpes (algunos muy bajos) para, en un momento dado, levantar en alto de nuevo los puños y encontrar el hueco para poder encajar el golpe de la victoria.

El combate no se ha acabado aun, continua…